Cuna del vasto Imperio Incaico, el más grande de la América precolombina, el poder del Perú y el oro atrajo a los conquistadores españoles que lo usaron para financiar su vasto imperio en las Américas.
Como resultado, gemas coloniales como el magnífico Cusco fueron construidas sobre cimientos incas, creando una fascinante cultura híbrida. Perú está salpicado de sitios incas, pero nadie es tan famoso como la “ciudad perdida” de Machu Picchu, cuya impresionante imagen parece embellecer todos los folletos y libros de viaje.
Perú también ha sido bendecido con regalos naturales: un enorme pedazo de selva amazónica cae dentro de sus fronteras, y los visitantes pueden caminar a través de la selva, caminar por los Andes y surfear en las playas del norte todo en una semana.
Si lo cubres con el lago Titicaca, uno de los lagos más altos del mundo, acabas de empezar a rascar la superficie.